Dado que no tenemos testimonios escritos de este tiempo, la ciencia más importante en el estudio de la Prehistoria es la Arqueología, la cual estudia las sociedades humanas y su evolución mediante los restos que éstas dejaron. Por supuesto, la Arqueología también sirve para averiguar cosas sobre épocas posteriores, pero en la Prehistoria adquiere un protagonismo mayor debido a la inexistencia de documentos escritos.
Dentro de las dos grandes eras, encontramos también otras divisiones más cortas en el tiempo. La Edad de Piedra se divide a su vez en el Paleolítico, durante el cual el ser humano era todavía nómada; el Mesolítico, que fue una época de transición durante la cual algunas tribus empezaron a conocer la agricultura y a crear poblados; y el Neolítico, durante el cual todas las sociedades eran ya sedentarias y dominaban la agricultura y la ganadería.
Por otro lado, la Edad de los Metales está dividida en la Edad del Cobre, la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. Estos tres metales fueron muy importantes en sus respectivas épocas por sus características de dureza y maleabilidad, y fueron sustituidos uno por otro (el cobre por el bronce y el bronce por el hierro) cuando nuestra especie aprendió cómo trabajar con ellos.
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